Las empresas existen para producir beneficios a las personas, ya sean estas clientes, inversionistas o empleados, y sólo cuando la gente está satisfecha con los beneficios recibidos la empresa tiene una razón de ser. Pero el conjunto de beneficios no puede ser estático, mucho menos en nuestra sociedad actual impulsada por un ritmo de cambio vertiginoso. Por ellos las empresas deben salir de su zona de confort y producir innovación constante para mantener la producción de beneficios.
En los negocios nunca debemos quedarnos en la zona de confort, pues quienes lo hacen corren el riesgo de volverse irrelevantes y obsoletos hasta el punto de desaparecer. Esto es una realidad innegable en un mundo de globalización, movilidad, nuevas formas de socializar y nuevas formas de medir dichas relaciones; en un mundo donde el cliente cambia sus gustos antes de que lo podamos satisfacer y en dónde hasta los socios y empleados también exigen innovación.
Los líderes en cualquier empresa necesitan reconocer que esta situación no es más que una nueva oportunidad para posicionarse frente a su competencia, entendiendo que la idea ya no es hacer más amplia la zona de confort sino salir completamente de ella cuestionando y reinventandose a diario lo que le da la bienvenida a la innovación.
Mi experiencia personal me ha enseñado a valorar el salirme de la zona de confort, pues son los momentos en los que más fácilmente logro mis metas, pero la pregunta es ¿Cómo crear una cultura de innovación en la empresa y que no sea sólo asunto de directivos?
Nunca es suficiente cuando sólo ciertos niveles dentro de la empresa intentan la innovación, para que esta suceda debe involucrar a tantas personas como sea posible en todos los niveles y cargos dentro de la empresa, pues cada uno de ellos aportará diferentes visiones y alcances en el proceso de innovación, así que veamos algunos pasos a seguir para lograrlo:
1. Formaliza tu programa de innovación
Las empresas invierten tiempo, dinero y esfuerzo en crear una Misión y Visión corporativa pero muy poco en hacerla realidad. Poca gente se motiva por leer esas palabras colgadas en un marco si no forma parte del proceso para hacerlo realidad. Lo peor que podemos hacer es esperar a que la innovación suceda sin un plan o una guía para ello, pues si no hay una meta tampoco habrá un camino a seguir.
Define las metas que quieren lograr en el año y luego invita a la gente a que participe aportando ideas para lograr dichas metas, permite que la gente se involucre en el sueño de hacerlas realidad dedicando tiempo a ello.
2. Crea un horario para la innovación
La innovación requiere tiempo, y a nadie le sobra el tiempo para la innovación cuando no se ha programado un espacio para ello. La gente tiende a estar ocupada incluso cuando tiene pocas cosas que hacer, es lo que se llamaría «Estar ocupado estando ocupado» un fenómeno del que todos podemos ser víctimas y que nos deja agotados pero sin producir; así que revisa el tiempo de tu personal y programa tiempos de participación en tu nuevo programa de innovación aprovechando esos espacios que aparentemente no están disponibles.
Una de las paradojas de la competitividad es el tomar tiempo que supuestamente dedicamos a la producción para nuevas actividades. A primera vista esto resultará en disminuir nuestra productividad y competitividad, pero en la práctica resulta en todo lo contrario. Empresas reconocidas como Apple o Google dan a sus empleados hasta un 10% de su tiempo de trabajo para experimentar con nuevas ideas, firmas mas nuevas como Atlassian permiten a su gente trabajar en proyectos libres que resuelvan problemas. El truco es que ese tiempo aporte algo de valor, quien no sea capaz de lograrlo no estará a la altura del equipo.
Algunas compañías premian la innovación con tiempo, que luego puede usarse de manera programada en nuevas tareas de innovación en temas libres, de modo que quienes usan su tiempo de forma inteligente al final obtienen más tiempo.
3. No temas ajustar el proceso
Deja claro a tu gente que este nuevo proceso de innovación tendrá ajustes en la medida en que avancen en el. Así mismo tu mismo debes tener claro que aunque se necesite algo de estructura y planeación, la clave es ser flexibles.
Es posible que el proceso deje claro que algunos miembros del equipo deban capacitarse, y hoy en día es mucho más fácil y rápido lograrlo con recursos en línea que se pueden aprovechar dentro de la misma compañía, tal como las clases libres de Stanford que se pueden tomar en «iTunes U» otros medios digitales.
El proceso de innovación puede implicar no solo ingenieros sino todo tipo de profesionales, así que en más de una ocasión aparecerán nuevos retos que se beneficiarán de ser flexibles.
4. Mide los resultados
Lo que no se mide no se puede mejorar, así que el establecer metas claras permite medir los resultados de forma más clara. La clave es que el programa de innovación produzca algo que genere impacto ya sea entre nuestros clientes o en nuestra forma de operación, entre otras, así que debe existir una forma de medir dicho impacto.
Lo primero es saber qué vamos a medir. Por ejemplo cuando Facebook abrió sus puertas al público medía cuan a menudo regresaban sus usuarios, es evidente que esa era una meta en su momento aunque ya hoy no sea el objetivo a medir.
Si la innovación va dirigida al cliente final entonces es esencial diseñar un mecanismo para medir el efecto en los clientes, ya sea en términos de un incremento de ventas, de satisfacción o de fidelización. Pero si en cambio va dirigida al cliente interno, se necesitará otros indicadores tales como tiempo de producción, calidad, etc.
Algunas métricas a tener en cuanta podrían ser:
- Porcentaje de ingresos por nuevos productos o servicios.
- Porcentaje de ideas que puedan incluirse a corto plazo en productos o servicios existentes.
- Porcentaje de tiempo dedicado a descubrir, prototipar y probar posibles nuevos productos o modelos de negocio.
5. Premia los logros
Reconocer los logros y resultados de tu equipo es esencial, y es el punto en donde la mayoría de empresas fracasan. Implementar algo como «el premio anual a la innovación» entre tus empleados no es suficiente para que el personal se comprometa en participar. Este tipo de reconocimientos pueden ser buenos a corto plazo pero no mantienen a nadie comprometido.
El mejor reconocimiento a menudo tiene un toque mas informal, como entregar un Pin simbólico especial o incluso Monedas conmemorativas a quienes hacen contribuciones notables (tal como hacen en firmas como Colgate-Palmolive) y a medida que se avanza a un nuevo nivel estos pines mostrarán el nivel que cada uno ha alcanzado con sus logros u aportes a la innovación. Las monedas conmemorativas se hacen disponibles en las reuniones para que sirvan como juego de valor dentro de la organización de modo que entre el mismo personal se premien los logros alcanzados.
La innovación debe volverse parte de la cultura organizacional, así que debe formar parte de la visión y misión de la compañía, debe aparecer en los pósters que adornan nuestras paredes, pero nunca debe volverse un peso excesivo. Cuando deje de ser divertido se volverá una carga que nadie querrá. Crea un tablero de metas y permite que la gente participe alimentándolo con frecuencia, pero también crea un tablero de logros del que la gente se sienta orgullosa al estar en el.
Esperemos que pronto la innovación corra por las venas de todos y cada uno en tu equipo para el beneficio no sólo de tus clientes, la compañía y su personal, sino de toda la comunidad y la industria a la que pertenecen.